Defensores de la Fe: ¡Inspirados por Garrigou-Lagrange luchemos contra las herejías de Hoy!

08.11.2024

PALADINES DE LA FE


Por algo Dios nos ha traído a estas épocas y es por ello que hoy más que nunca tenemos una gran responsabilidad de defender y preservar aquel gran tesoro de la Fe.

Ricardo Albíter.

No todo el que me dice, Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos (Mateo 7:21).

Palabras que resultan muy claras y concisas para cualquiera que seamos cristianos. Un compendio de cómo se tiene que vivir la Fe, esto es, que no solo debe ser de palabra, sino más bien de obra; esto es, a cada instante y en todo momento de nuestra vida, asimilando a un modo de vida la Fe que Cristo nos ha dado. Y es que, sobre todo, en estos tiempos en los que vivimos, cabe traer a la memoria la concepción militar que el mismo San Ignacio de Loyola tenía del cristianismo.

Luchar como soldados de Cristo

Todos aquellos que hemos recibido las regeneradoras aguas del bautismo y desde que tenemos uso de razón hemos vivido una constante lucha contra el demonio y sus asechanzas. Pudiendo decir con Job, ¿no es toda la vida humana una lucha? Somos de una milicia y no de cualquier milicia, somos soldados del Señor de Señores y dueño de cuanto es creado. Hoy en día debemos ejercer más este oficio y obligación que tenemos ante Dios.

Bastaría estar ciego para no darnos cuenta el terrible estado en el que se encuentra el mundo y la Iglesia. Tiempos de impiedad y anticristianismo son los que vivimos hoy día; esto en todos lados a donde vallamos. En las cátedras universitarias solo es enseñado el error y el rechazo de Dios. En los espectáculos es difamado y ofendido Nuestro Redentor. Existe un descarado Satanismo y una abierta burla de Dios.

¿Qué harían los santos y mártires hoy?

¿Qué harían o qué dirían los primeros mártires romanos? ¿Qué dirían aquellos cruzados que respondieron ante la amenaza de la fe? Y aún más importante, ¿qué dirían nuestros antepasados cristeros al ver todo lo que acontece hoy en día? ¿Cómo reaccionarían aquellos grandes doctores y vicarios de la Iglesia como Pío XII, San Pío X, San Atanasio?

Parece que somos estatuas de piedra sin algo de reacción o de tan solo conmoverse por todos aquellos desvelos y sacrificios que hasta incluso la misma muerte han llegado para que tengamos la Fe que ahora tenemos.

Un defensor incansable de la ortodoxia: Réginald Garrigou-Lagrange

Fr. Reginald Garrigou-Lagrange.
Fr. Reginald Garrigou-Lagrange.

Dentro de esta gran lucha por mantener la Fe en su pureza original, no podemos olvidar la figura de Réginald Garrigou-Lagrange, un verdadero paladín de la tradición católica en el siglo XX. Este dominico francés (1877-1964) dedicó su vida a defender la ortodoxia frente a las amenazas del modernismo y de la nouvelle théologie. Garrigou-Lagrange vio en la filosofía de Santo Tomás de Aquino el escudo perfecto contra las desviaciones doctrinales que intentaban infiltrarse en la Iglesia, sosteniendo con firmeza que la verdad no cambia, aunque las modas filosóficas lo intenten.

Durante más de cinco décadas, enseñó en la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino en Roma, más conocida como Angelicum, y sus escritos inspiraron a muchos que se enfrentaron a la crisis de fe que sacudió a la Iglesia antes y después del Concilio Vaticano II. Su ensayo “¿Dónde nos lleva la Nueva Teología?”, escrito en 1946, fue una voz de advertencia que resonó con fuerza, advirtiendo que la nouvelle théologie no era más que un renacimiento encubierto del modernismo condenado por San Pío X. Por sus aportes, se le considera uno de los principales guardianes de la tradición y defensor de la doctrina católica en una de las épocas más críticas de la Iglesia.

Recordemos nuestra herencia como católicos

Nosotros, como mexicanos, olvidamos las bases de la llegada del Evangelio a nuestra Tierra.

12 apóstoles franciscanos, conocidos como las 12 antorchas, llegaron a una tierra sumergida en las tinieblas de la idolatría. Se practicaban sacrificios humanos hasta de niños y mujeres. El ser humano no era visto con valor tanto que se llegaba a practicar la antropofagia. Los primeros 12 frailes con espíritu de Dios se inmolaron en la conversión de dichas almas. Arriesgando a ser martirizados por estos. Pasando las selvas del sur del país para poder llevar el Evangelio. O haciendo grandes obras en los desiertos de California por Fray Junípero Serra. Un fray Pedro de Gante, que con gran paciencia, los ilustraba en letras y doctrina del amor de Cristo.

¿Cómo nos verían dichos apóstoles de la fe? ¿Qué lágrimas no derramarían viendo lo que se dice y se hace contra aquel que con tanta diligencia se encargaron de cumplir lo que dice aquel canto “Tú reinarás”?

Fe sin miedo: Levantarse ante la adversidad

Tal vez alguien después de esto pregunte: “¿Pero cómo hacer aquello si los enemigos tienen todo el poder?” Poca fe es la que tenemos, que se nos olvida que tenemos al mismo Dios de nuestro lado. Nuestro Capitán Jesucristo nos acompaña por delante en cada embate que tenemos contra los enemigos de la Fe. Somos carentes de aquella fe que abundaba a aquellos evangelizadores de nuestra tierra.

Algún otro dirá: “tengo temor del que dirán de mí, de la crítica y de la humillación”. Podemos aplicar aquella frase del filósofo Platón: “un hombre que no arriesga nada por sus ideas, o no valen nada sus ideas, o no vale nada el hombre”. O aquello de Aristóteles: «Solo hay una manera de evitar la crítica: no hacer nada, no decir nada y no ser nadie».

Todos tenemos esos temores de la crítica, del peligro físico o, si llegara a ser así, de la misma muerte; somos seres humanos. Hoy peligra la misma fe y el riesgo de sufrir por ella es real. No temamos, hay que acudir a Nuestro Capitán y a nuestra capitana, la Santísima Virgen, con toda humildad, aceptando lo que somos, pero implorando aquello que nos falta para no perder la batalla y para poder hacer efectiva la defensa de la Fe.

Fray Pedro de Gante evangelizando,
Fray Pedro de Gante evangelizando,

Un llamado a la grandeza.

Solos no estamos; tenemos a todo el poder del cielo en nuestro favor y a aquellos heroicos mártires de nuestra patria que nos ven y esperan que hagamos lo mismo que ellos para verlos y estar junto a ellos en la Patria Celestial. Dios espera grandes cosas de todos nosotros como cristianos y sabe que lo podemos lograr. Por algo Dios nos ha traído a estas épocas y es por ello que hoy más que nunca tenemos una gran responsabilidad de defender y preservar aquel gran tesoro de la Fe. Dios no pone cosas que estén más allá de nuestras fuerzas. ¡Animemos nuestro espíritu, que estamos hechos para la grandeza! Alcemos la cabeza ante el mundo que nada tenemos de que avergonzarnos y sí mucho en que confortarnos; somos hijos del mismo Dios, de la Santísima Virgen y de una larga tradición de héroes como nunca los ha dado el mundo.

¡Estudiemos, formémonos y combatamos!

Que el ejemplo de hombres como Garrigou-Lagrange nos anime a estudiar y conocer a fondo nuestra fe. Tomemos sus libros y sus enseñanzas, sumémonos a esta lucha intelectual y espiritual para defender la verdad contra los errores que pretenden oscurecerla. Levantemos con firmeza las armas del conocimiento y la oración, y no permitamos que la Fe se diluya en un mar de confusión. Seamos fieles defensores de la doctrina católica y soldados valientes que combaten no con violencia, sino con la verdad, la razón y el amor por Cristo y su Iglesia.

Por último, si algún día nos desanimamos o queremos flaquear en nuestro deber miliciano de la defensa, recordemos al Redentor en Getsemaní: recordemos sus lágrimas de sangre por tantas ofensas contra él y su Iglesia, y pensemos en aquellos guardianes de la fe como Garrigou-Lagrange, quienes no temieron alzar la voz y defender la verdad. ¡A combatir por la Fe con el valor de nuestros antepasados y la esperanza en Cristo!

Fuentes

  • Cambridge University Press, Engaging the Neo-Thomist Revival: Considerations and Consequences for Theology and the Church. Enlace aquí .
  • Garrigou-Lagrange, R. “¿Dónde nos lleva la Nueva Teología?”. Enlace al texto.
  • Peddicord, Richard. The Sacred Monster of Thomism: An Introduction to the Life and Legacy of Reginald Garrigou-Lagrange. St. Augustine's Press, 2004.
  • Nichols, Aidan. Reason with Piety: Garrigou-Lagrange in Service of Catholic Thought. Catholic University of America Press, 2009 .